ME DIRIJO A VOSOTROS
Una y otra vez traigo Mi muerte en la cruz ante vuestros ojos, una y otra vez dirijo vuestra atención a la Obra redentora de Jesucristo, y una y otra vez busco aclararos el significado de esta Obra redentora, porque lo más importante para vosotros en la Tierra es uniros a Mí en Jesucristo, para obtener a través de Él el perdón de todos los pecados.
El periodo de Redención está llegando a su fin, y vosotros, los humanos, que vivís en esta Tierra, aún podéis aprovechar este corto tiempo para vuestra Redención, pero tenéis que pedir la ayuda de Jesucristo para lograrlo. Por lo tanto, también tenéis que saber que la vida terrenal de Jesús como ser humano fue el cumplimiento de una misión, cuyo propósito era vuestra liberación de un estado atado. Tenéis que saber que tanto vuestra existencia como seres humanos, tanto como Su caminar en esta Tierra tiene una justificación espiritual: que debéis lograr un objetivo, y que Él, a través de Su muerte en la cruz, primero os hizo posible para poder lograr este objetivo.
Tenéis que saber que vuestra existencia es la consecuencia de una ofensa contra Mí en el reino de los espíritus, y que el caminar, el sufrimiento y la muerte de Jesús en esta Tierra quiso expiar esta ofensa contra Mí, para que pudierais regresar al estado original que era vuestra bienaventuranza antes de vuestra ofensa contra Mí. Por lo tanto, la obra de la Redención es de suma importancia para vosotros, humanos, y vuestra vida terrenal es en vano si la pasáis por alto, si no os dejáis ayudar por Él, pues solo Él puede brindaros ayuda … o incluso … no podéis ser bendecidos por Mí, Quien realizó la obra de Redención por vosotros en el nombre de Jesús. Inevitablemente tenéis que regresar a Mí para ser bendecidos, y sólo podéis lograr este regreso a Mí con el apoyo de Jesucristo, porque Él adquirió para vosotros en la cruz las gracias que ahora están abundantemente disponibles para vosotros si tan sólo las pidáis …
Que se os diga una y otra vez que vivís en un mundo de pecado, pues todo lo que veis, todo lo que os rodea, es el reino de Mi adversario … es decir, es lo espiritual caído de Mí que una vez se rebeló … Y este reino es oscuro contra Mí, sus habitantes son seres débiles y indefensos. Pero a este reino descendió una Luz … De Mi Reino de espíritus benditos descendió un Ser Que quiso ayudaros … Yo envié a Mi Hijo a la Tierra … en Él que Yo Mismo Me alojé … porque Me apiadé de vuestra debilidad y oscuridad y quise ayudaros a recuperar la luz y la fuerza.
La Luz Misma descendió a las profundidades, pero sólo unos pocos la reconocieron; sólo unos pocos Me reconocieron a Mí Mismo en el hombre Jesús, Quien Me ocultó en Su caparazón. Porque vosotros erais mis hijos, quienes, de hecho, habían renunciado voluntariamente a Mí, pero a quienes no quiero dejar para siempre a Mi adversario, porque eso significaría la infelicidad eterna, y mi amor por vosotros es tan grande que quiero prepararos un destino bendito … pero vuestro libre albedrío también tiene que aceptar este don Mío.
Y os perdonaré este grave pecado de vuestra antigua rebelión contra Mí, si tomáis el camino hacia Mí a través de Jesucristo … si, por lo tanto, Lo reconocéis como el Redentor del pecado del pecado y de la muerte, en Quien Yo Mismo realicé la obra de Redención para vosotros. Entonces Me reconocéis a Mí Mismo de nuevo, a Quien una vez a negasteis a reconocer y, por lo tanto, caísteis en la más profunda oscuridad. Entonces habrá luz de nuevo en vosotros, pues la Luz Misma ascendió a la Tierra para llevarla a vosotros, y nunca se extinguirá para quienes la han reconocido, quienes han huido a Jesucristo, quienes han llevado sus pecados bajo Su cruz, quienes se han dejado redimir por Mí en Jesucristo …
Amén